LOS TEBEOS
El sábado tenía
nombre propio,
como los
personajes del Tiovivo,
del Pulgarcito,
mágicas viñetas
cuyas historias
te desconcertaban.
Cada fin de
semana, con sus noches
de postración,
surgían nuevos mundos
donde poder
soñar de otra manera,
integrarse de
lleno en la aventura.
Llegabas a
aprenderte los diálogos,
a cambiar los
finales repentinos,
imaginando cómo
escaparían
del sucinto
escenario de tus ojos.
El sábado tenía
fiesta propia,
amigos de papel,
un arco iris
de tebeos por
toda bienvenida.
Eras el asistente
que faltaba.
(de EL PRIMER REINO, 2015)
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