EXÉGESIS
Nunca pudo llenarse el pozo de tu
vida,
albergue cristalino para labios
sin dueño,
espejo de las noches que te
mortificaron.
Sólo hay un viento húmedo, unas
nubes en llamas,
un hombre de retorno, siempre los
mismos cauces
configurando ahora tu líquida
condena.
La señal de los tiempos se reduce
a vigilia,
a río navegable de riberas
inhóspitas.
Una oscura señal de la muerte que
fluye.
Jamás llegó a colmarse el pozo de
tus manos
sino con el amor relativo,
versátil,
ardiente transparencia donde te
consumiste.
Ahora todo es recelo, víspera de
naufragio,
oración impostada que el silencio
desfonda.
Sólo la luz se ciñe al brocal de
tu herida.
(de DANAIDE, 2012)
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