que sigas en la isla,
abriéndote a una vida sin
retorno.
Y cruzas por el templo,
ignorando en qué fría madrugada
caerá tu resistencia,
tu vocación de lluvia
sobre la sequedad que nadie
asume.
La lejanía del albatros hace
fracasar a este cielo
donde tus ojos hilan
un manto de tinieblas.
Y abandonas lo turbio,
sabiendo que no hay leyes
luminosas
para el amor cegado,
sin rumbo ni constancia,
desde una realidad insostenible.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
Lienzo de Ennio Calabria
Hermoso y profundo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Francisco, por visitar mi blog y compartir este poema.
EliminarOtro abrazo para ti.