El gris de los perfiles medievales
por la imaginación daba de lleno
sobre una lasitud en los colores
menos antiguos. Era
el reflejo de la carbonería
que en San Bartolomé tuvo su historia;
aquel recinto oscuro
donde se originaban
las tardes de brasero
con el cisco picón, camilla y radio.
Esta época tibia, adormecida
en torno a cada cuadro de costumbres,
se extinguió lentamente
sin pasar por la hoguera,
abandonando el luto
que hizo senda después de la ceniza.
Perfiles medievales, con grisalla
al fondo, para un tiempo
cuyo signo imploraba decadencia.
(de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)
Querida María, cada tiempo refleja un paisaje y cada paisaje necesita el verso atinado de la evocación. Somos memoria. Un abrazo cordial desde Rivas.
ResponderEliminarHola José Luis, ya ves qué evocador es mi poema de hoy, con un homenaje a la carbonería donde mi familia compraba el cisco para el brasero. Cómo no asociarlo a la infancia... Otro abrazo.
EliminarHola, viendo tu blog decido quedarme para seguirte. Me gusta mucho la poesía, sobre todo la que dice cosas, la que llega y te hace pensar. En este caso, por tu comentario anterior, veo que está dedicado a un lugar que te trae recuerdos de la infancia. Se ve que son recuerdos estupendos, de esos imborrables con el paso del tiempo. Ahora, con este poema, permanecerá toda una vida en la memoria de los que te precedan.
ResponderEliminarun saludo
Rosa
Un placer encontrar este blog.
Hola Rosa, muchas gracias por tu amable mensaje y por seguir este humilde blog, que solo pretende compartir con los demás mi poesía. Espero no defraudarte. Saludos con todo mi afecto.
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