lunes, 6 de octubre de 2014






















EMBARQUE  PARA  CITERA,
                         de  Antoine  Watteau



Una isla de púrpura,
santuario de Afrodita,
se aparecía a los enamorados
que quisieran huir lejos del tiempo,
como sacro destino.
La llamaban Citera, y aunque nadie
te aproximó su vista,
en tu cielo también se recortaba.
Una tarde olorosa
de laureles y espliego en la ribera,
los amantes subieron a la nave,
mientras que sus adioses
risueños te dejaban
a orillas del más lúcido abandono.
Tú no tenías con quién ir, ni entonces
ni ahora. Pero siempre
recuerdas que la última noticia
de aquellos embarcados
era que el capitán viajaba solo.


                                                           (de TU LUMBRE AJENA, 2001)

Lienzo de Antoine  Watteau

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