sábado, 20 de septiembre de 2014























             I

 
Tras el dolor, la senda.
Una verdad sin nombre
me señala el pasado.
Oh árbol, tu esperanza.
Mis sueños, en los tuyos. 

Ahora que has poblado
mi tierra, no podrías
dar fruto nuevamente.
Viene la tarde, gime,
profana soledades. 

En esta sombra eterna
se ha cobijado un cuerpo,
mientras siente la vida
lejana, y los retornos
que avivan su destierro. 

Poema sin ayer,
dolor acompasado,
heridas olvidadas…
Oh árbol compañero.


                                                 (de TIERRA DIFÍCIL, 1981)

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