domingo, 21 de septiembre de 2014
























LOS  ROSTROS  AGRIETADOS

 
                                                      -Cenáculo Vinciano-

 
Porque Leonardo está subiendo ahora
al andamio del tiempo, se desprenden
murmullos de las sombras, y afinando
pinceles en rumor de contraluces,
su presencia traspasa este espejismo.
Mas vuelve la quietud. Acaso esgrime
un grisáceo silencio el mediodía
contra todo latido, mientras quiero
elevarme a los rostros agrietados
con las alas caídas de mi éxtasis.


                                         (de CENÁCULO VINCIANO Y OTROS ESCORZOS, 1985)

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