INQUIETUD
Inquietud de tus manos sin
memoria,
sin rastro de caricias
entregadas,
temblor para un vacío
irreparable.
Sólo tus manos, hechas ya
ceniza,
se acostumbraron al amor del
viento
como al de aquellas otras manos
firmes,
protegidas por ti de toda
herrumbre.
No existe la cordura sin delirio
para alguien cuyo tacto se
asemeja
a rito de esplendor sobre otro
cuerpo,
ni padece mejor su desamparo
en la recta final de la alegría.
Nunca tus manos se sintieron
débiles
para domar el fuego primitivo
con la misma inquietud que
reavivaban
el de aquellas caricias sin
retorno.
(de DANAIDE, 2012)
Lienzo de David Agenjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario