PURO
ALMINAR, ESPEJO DE LA BRISA
remansada
en las curvas de su encaje;
cincel
de estrellas, áptera paloma
cuya
quietud solea lo sagrado.
Perdido
aquel yamur que trascendía
toda
coronación, entre azucenas
y
campanas hoy mece su hermosura
marfileña.
Quien llega a contemplarlo,
no
logra averiguar en dónde acaba
lo
humano y dónde empieza lo divino.
(de DOMUS AUREA, 1999)
Preciosa poesía . Como todas las que leo , o releo , y releo.
ResponderEliminarGracias, querido Guillermo, por ser tan infatigable lector, un privilegio para mí. Abrazos.
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