sábado, 27 de abril de 2013


  
 
 
                                         IV
 

Quisiera regresar, porque no puedo
vivir de esta obsesión inconcebible.
Asiendo la mirada a tus oscuros
paréntesis de amor, he despertado. 

Está la madrugada
goteando por mis venas. 

Me alegro que llegaras en tinieblas,
cuando susurra el viento de los tristes.
Quieres salir de mí, quieres hallarte
muy lejos, escondido entre sus brazos. 

Hoy siento las pisadas
de todos mis poemas. 

Porque resido en nítidos paisajes
y huyo del mañana, te propongo
salvar este dolor que nos aturde,
aunque no vuelvas ya, ni me supliques. 

Sólo por ti destruyo
la vida que no siento.


                                                (de TIERRA DIFÍCIL, 1981)
Lienzo de Isaac W. Rubenstein

2 comentarios:

  1. Qué imagen más sugerente, querida María, acompaña hoy a tu poema; un poema que me hace volver a los inicios de tu maravilloso itinerario.
    Abrazos fuertes desde Rivas, con el afecto de siempre.

    ResponderEliminar
  2. Y qué generoso eres siempre conmigo... Aquellos inicios nuestros siguen estando presentes, igual que la amistad que nos prolonga en el tiempo y en la poesía.
    Abrazos también para ti, mi admirado José Luis.

    ResponderEliminar