viernes, 30 de marzo de 2012

   
         Último tren a Atlith (Yols Bergner, 1966)


                    IV


Lamento no saber a dónde huyo,
por qué me falta espacio en la conciencia
aún después de haber sobrevivido
a cada tentación. Sí, yo lamento
la inestabilidad que se abre paso
entre mi lucidez y su deriva,
esta vieja cordura desgarrada.
Cuántas noches surcando el abandono
para no perecer en otro fuego
como el que me trastorna, cuántos días
sintiéndome camino intransitable.
A dónde huir, si nada se distingue
de lo sacrificado, si no hay puertas
que cierren un dolor, una memoria,
unos pasos sin fe como los míos.
Lamento estas palabras lastimadas,
esta gélida lumbre donde yazgo,
aún antes de verme fugitiva
por el bosque final de mi existencia.


                                            (de RETABLO DE CENIZAS, 2011)

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