viernes, 16 de diciembre de 2011

            



                                          -Collación de Santa Catalina-

La alhóndiga del pan
tenía voz y coto en su angostura
dirigiéndola a un sesgo de mezquita,
viejo primor de arquillos angelados
y alminar ruboroso.
Pero tanto flamero,
sol sin tregua,
no elevaba más sed por los ladrillos;
antes era su cálida cerámica
lo que rompía el fresco de una hora
crepuscular, yacente,
intermedio dorado sobre tejas.
Ah, collación de Santa Catalina,
candeal y olorosa,
de fundida blancura entre pilares,
cómo guardaba el tiempo
su frágil apariencia, los motivos
de alzarse allí, no en otro
deslumbrador trazado sin historia.


                                                (de LA LUZ NO USADA, 2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario