XVIII
Jamás me rebelé
mejor que aquella noche,
cuando la luna llena
mostraba tu desnudo
de casta orfebrería.
Advertí que temblaba
con brevedad de lirio
al mirarte yacente,
como si me rompiera
en mil pétalos mustios.
Jamás me condené
mejor que entre tus llamas,
crepitando de éxtasis
y dulce arrobamiento.
La noche distinguía
la pena de la culpa,
urdiendo en mi regazo
su manto de inocencia.
Jamás me arrepentí.
(de LOS CIELOS TARDÍOS, 2009)
Lienzo de Giuseppe Maria Crespi
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