sábado, 9 de marzo de 2019




XXIV.


No volverás a verle amaneciendo,
ni en tus espejos íntimos, templado
su semblante de miel y madreselva.
Ha desaparecido. ¿Para siempre?

Sabes que no, que el tiempo lo rescata,
contra toda amargura, del silencio
que cabe en tu visión, es ley sin orden
favorecida aún por la memoria.

Qué gélida quietud, qué gris reposo
después de hacer girar tantas veletas
averiguando el rumbo de sus pasos,
vana contradicción en lo sereno.

Probablemente vuelvas a mirarle
sin que te reconozca tras el alba;
a situar su cálida figura
entre violetas persas y racimos.

Pero todo está oscuro. ¿Para siempre?
Ignoras cuánta noche debe hundirse
bajo tus aguas dulces, cuánto tiempo
le seguirás velando para nunca.


                                                          (de OBOE D'AMORE, 2015)

Lienzo de Martine Villani

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