sábado, 2 de febrero de 2019

             


UN ALBA PARA ASIRSE A LA COSTUMBRE  

Esta desesperanza que ahora surge
y que acomoda el tiempo prematuro,
no tendrá nunca nombre. Por los años,
se sabe que el dolor camina solo,
redobla la inminencia del olvido
y aturde cada huella aventajada.

Esta desesperanza ni siquiera
contará como suyas tus derrotas,
ni ha de cubrir los húmedos tejados
donde agoniza toda lejanía.

No raptar la emoción es infortunio
para quien desconoce lo que vale
ser esperado siempre, como el alba,
una costumbre más del dolorido.

Así la realidad llegará tarde
a la cita con tu presentimiento.


                                              (de LA PAZ DEL ABANDONO, 2014)

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