AMANECER
Oír cantar el gallo, como aquellos
veranos en la finca, amanecer de hierba
y sombras perfumadas para días tan niños,
como ahora, que han vuelto a redimirte.
La luz sigue tu rastro jubiloso,
desempolva la brisa donde vas alojando
las frescas emociones, capítulos en verde
elevados a pura transparencia.
Ya lo oíste. Tu sueño se prolonga
al final de ese canto, de la antigua mañana
cuyo sol continúa sin dorar los recuerdos,
como ahora, que han ido a suavizarte.
La hierba es otra paz irrepetible,
inunda tus pisadas por el tiempo dormido
y presta su reposo después de tantos vuelos,
ajena al sinsabor de las ortigas.
La luz se va perdiendo lejana, mientras sales
al exterior, tratando de vivir nuevamente
lo que el tiempo desprecia de aquellos días niños,
del verano más tuyo, recién inaugurado.
(de ES INÚTIL QUE DUERMA, 2015)
Lienzo de Claude Monet