viernes, 3 de marzo de 2017


















                      LA VENTA
 

Fueron mil y una tardes las que se convirtieron
en reuniones abiertas o juegos vigilados,
tardes donde yacían los aromas
envolventes del bar o la cocina,
todo para que el tiempo rubricase
las múltiples ausencias sugiriendo otra carta. 

Cada uno bebía del amor más cercano,
infantil o maduro, daba igual, mientras fuera
el mejor alimento repartido,
la urgente libación que sostenía
palabras, desventuras y temores. 

Tardes en la terraza con semblantes risueños,
con rostros maquillados de amistad decadente,
como prolongación de lo servido
en bandejas de paz sobre la mesa. 

Todo para que el tiempo te llevase
a aquella venta próxima a la finca,
un lugar donde sólo tu niñez
podía encontrar sitio entre los invitados.


                                                       (de EL PRIMER REINO, 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario