XV
Tan cerca está de todos los almendros,
de las primeras lluvias, de aquel
pozo
donde quedó tu sed encarcelada,
que ya no puedes verle como antes
ni tocar su silencio sin herirte.
Sólo el amor es pura lejanía,
una continuidad devoradora
de la simple ilusión tras la
ventana,
de la espera brotando por los
ojos.
Amanece, e ignoras cuánto olvido
deberá transcurrir para que el
tiempo
cumpla en ti su terrible
certidumbre,
su realidad de mármol permanente.
Tan cerca de tu nada está, del
frío
velador en las noches sin salida,
que ya no puedes verle como nunca
le has visto, sino al cabo de tu
sueño.
(de OBOE D'AMORE, 2015)
Qué emotivo. Y qué rítmico, María. Precioso poema. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarEduardo
Muchas gracias, Eduardo, por tus generosas palabras, eres muy amable. Aprovecho para desearte el mayor éxito cuando presentes tu libro en Sevilla, y lamento no poder acompañarte por irme de fin de semana. Un abrazo.
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