jueves, 7 de abril de 2016


    


                                       HISTORIA PROFANA

 
Augurabas su cuerpo soleado, preciso,
elevando vitrales al cabo de tus ojos,
su cuerpo divisible en fragor y templanza.
Conseguiste mecerlo, cereal, con tu brisa
hasta la incertidumbre que rige el desaliento;
su cuerpo de veleta torcaz, caliginosa,
amanecer raptado para noches infames.
Apenas redimiste tu cuerpo con el suyo,
y ni entonces sabías de qué morir. Es triste
la pura realidad celebrando un fracaso,
una puerta cerrada como simple amargura.
Sólo así se comprende que el tiempo no suceda
sin albergar la historia profana de su cuerpo,
sin dolor en las manos después de acariciarle.


                                                            (de DANAIDE, 2012)

Lienzo de Sonja Ljubicic

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