jueves, 26 de noviembre de 2015


                   


                          XXXI


Hypnos está cerrando las ventanas del tiempo.
Ha caído la noche y no encuentra refugio
más que en esta orfandad que le brindan mis ojos.
Se acabaron los límites entre el cielo y la tierra.
Decido preguntarle si existe una salida
para lo inconcebible de tan hondo vacío,
y sólo me responde con el dardo del miedo.
Ha caído la noche mientras voy desgranando
aquel cuerpo de arena que aún es inocente
de todas las angustias con que lo reconstruyo,
de la nula distancia entre el agua y la sed.
En este error continuo donde instalé mi vida
apenas queda llanto que no se transfigure
como gotas de fuego sobre la madrugada.
Hypnos está cerrando las puertas del desierto
sin atender las súplicas de mis labios insomnes.
Ahora sé que he pasado del sueño al precipicio,
que el amor fue la huella donde reconocía
haber ido buscándome, a solas con la muerte.
Todo está por huir, luz arriba, sin alas,
como tantas cenizas que nunca se aventaron.


                                                  (de HYPNOS EN LA VENTANA, 2009)

Imagen de Roberto Giusti

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