LA CALOBRA
El viento descubría la playa
solitaria,
mientras lejanas nubes
declinaban su huida
a través de un silencio
cadencioso. Pensaba
que la belleza hería con sus
letras distantes
algún cuerpo tendido, mi
cuerpo, una aventura
ya cósmica, abatiendo los
olvidos anclados
en espectros de arena
desplegándose al viento.
(de AQUÍ QUEMA LA NIEBLA, 1986)
No hay comentarios:
Publicar un comentario