lunes, 19 de octubre de 2015





    DEL ÍNTIMO PRESAGIO


¿Dónde fue la caricia
del viento para un árbol
de hojas perezosas?
Qué inútil el destierro
de tantas primaveras,
sin hallar una nube
que anidara en su aroma. Qué errabunda
la memoria del íntimo presagio,
silenciando rumores
que ansiaban descender hasta las ramas
medio ocultas. No hay tiempo
para encontrar caricias
en tantas sequedades. 

¿Qué fue del día húmedo,
peregrino entre bosques
que no supieron nunca
del llanto de aquel árbol?
Todavía algún viento se estremece
si unas ramas lo cercan,
aunque se hayan secado sus raíces.


                                                                        (de TRASLUZ, 1989)

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