domingo, 28 de septiembre de 2014


                


   ANÓNIMO DEL SIGLO XX
 

Después de que el deseo
le mostrara el camino hasta mi alcoba;
cuando hubo traicionado
su ser la soledad inconfesable,
y mientras que el silencio,
arrinconado en los pasillos, era
el único testigo,
alguien llamó a la puerta de repente.

Después de que la noche
palpitase en mi cuerpo, yo advertía
que aquel sujeto anónimo
marchaba del umbral de su aventura.
-Ah, mujer imposible...-
Mala suerte. Jamás cierro con llave.


                                                      (de LOS APARECIDOS, 1991)

Lienzo de Albert Gleizes

2 comentarios:

  1. Nunca agota el deseo su misterio en las rutas del agua. Feliz domingo María. Un abrazo.

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    1. Gracias, María José, feliz domingo también para ti y otro abrazo.

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