viernes, 18 de julio de 2014





         CALMA  A  SOLAS

 
A solas va quedándose la calma.
Resucita el crepúsculo en la aurora
después de muchos siglos de penumbra,
y deja su livor abandonado
a ras de cualquier cuerpo. Luego emerge,
poblada con los pasos
de quien surca su sombra,
la calle solitaria,
que no trasluce el fin mientras no existan
unos rayos que aparten
la interminable lluvia de los ojos. 

Aun cuando se oiga cada
latido en el silencio,
detrás está la voz que siempre deja
callado el corazón, por si una herida
sonara al abismarse en la memoria.
Y aunque habite una tibia primavera
las íntimas estancias
de quien vive nevando,
han de unirse el crepúsculo y el alba
después de muchos siglos
de penumbra, de lívidos paisajes.
Detrás queda la calma
a solas con el tiempo.


                                                                           (de TRASLUZ, 1989)

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