EL CÁLIZ
Sólo te acuerdas de una lluvia, aquélla
que se adentraba en ti cuando caía
desde su corazón a tus sentidos.
Sólo te acuerdas de unas gotas, sólo
de los surcos que abrían por tu carne.
Hoy sabes que en sus manos se remansa
todavía una lágrima, ceniza
de latidos, ternura de la lluvia
que contuvo el amor ya consagrado.
(de DESDE NOVIEMBRE, 1992)
Imagen de Al Swasey
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