viernes, 15 de noviembre de 2013


      


      EL  PIANISTA

 
Un ámbito quebrado
por el paso inconsciente de las notas
cedió su terciopelo
a manos que dormían en el aire,
dejándose esbozar.
Marfil y negro,
roce de visillos
agitados con débil sincronía
hasta rendirse en pliegues
sobre el cerco oloroso de camelias,
ungido pentagrama
donde anotar silencios.
Pero la noche, que caía a plomo,
daba forma al pianista, lo tocaba
con sus dedos de sombra
también ella,
sin otra partitura
que aquel largo deseo sostenido,
intérprete final de la sonata.


                                             (de VOZ MEDIANTE, 2006)

Lienzo de Silvia Leveroni

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