sábado, 16 de noviembre de 2013


   


                      V I I

 
Para huir sin motivo no es bastante
otra desolación, la antigua excusa
del camino allanado, ni siquiera
la voz que sustituye tus latidos. 

Después de amar, ya nada te persigue
salvo tu propia muerte, y es absurdo
volver la vista al último desgarro
como si el tiempo se compadeciese. 

Has huido otras noches como ésta,
dejando atrás los brazos que rodeaban
tu calidez gozosa. Y has huido
interminablemente de ese cerco. 

Pero no quieres ver a dónde llegas
después de atravesar tanta amargura,
los límites del frío y su deriva.
Ya conoces la forma de ausentarte
sin dejar de latir, encaminando
tu dócil corazón hacia el abismo.


                                                            (de LANCE SONORO, 2007)

Imagen de Nicola Taylor

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