V I I
Para
huir sin motivo no es bastante
otra
desolación, la antigua excusa
del
camino allanado, ni siquiera
la
voz que sustituye tus latidos.
Después
de amar, ya nada te persigue
salvo
tu propia muerte, y es absurdo
volver
la vista al último desgarro
como
si el tiempo se compadeciese.
Has
huido otras noches como ésta,
dejando
atrás los brazos que rodeaban
tu
calidez gozosa. Y has huido
interminablemente
de ese cerco.
Pero
no quieres ver a dónde llegas
después
de atravesar tanta amargura,
los
límites del frío y su deriva.
Ya
conoces la forma de ausentarte
sin
dejar de latir, encaminando
tu
dócil corazón hacia el abismo.
(de LANCE SONORO, 2007)
Imagen de Nicola Taylor
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