miércoles, 18 de septiembre de 2013


  


          XXXII

 
Nunca llegó la hora
de su muerte, si acaso
un desmayo en la piedra,
consentido y distante.
Moreruela, vestigios
de serena memoria,
ceñidos a un espacio
cuyos ábsides sólo
limitan con el tiempo.


                                              (de REGAZO E INTEMPERIE, 2007)

No hay comentarios:

Publicar un comentario