BALHORRA

 

Qué distintas moradas

las que allí se ceñían

a un hábito de siglos. 

Deambulaban reflejos

por el lento verano,

celestinas insomnes

tras su rezo en penumbra. 

Qué fragante

la brisa

que allí se recitaba. 

Cuánto hubiera querido

acariciar sus muros,

merecer el silencio

de maitines a vísperas. 

Qué gozosas fronteras. 

Las que aún no he cruzado.

                                                                    (de LIENZOS DE CAL, 2008)