UN REMANSO DEL ARNO
Al
llegar a Florencia, se entrelazan
luminosos
recuerdos con vivencias
de
cercana ebriedad. Transcurre el día
plasmado
en asimétricos espejos
que
un remanso del Arno desdibuja.
Al
llegar o al partir, qué importa entonces
si
atraviesan el tiempo las palomas
del
alma... Quiero aquí bajar mis ojos
al
húmedo cristal donde se funden
un
escorzo, una cúpula, un ducado.
(de CENÁCULO VINCIANO Y OTROS ESCORZOS, 1985)
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