OYENDO A DEBUSSY
El recuerdo del mar me lleva
lejos.
Quién pudiera, en las olas
de la vida,
retornar a una sed que, cual
naufragio,
se apagara en lo anónimo. Yo
supe
que hubo orillas guiadas por
el alba
hacia un hado nocturno.
Quién
pudiera,
como otra brisa, redimir la
espuma.
El recuerdo del mar me eleva
lejos.
(de AQUÍ QUEMA LA NIEBLA, 1986)
El mar es uno de los espacios simbólicos más sugerentes de la literatura. Ese camino azul nos lleva a la esperanza, anula el tedio de lo cotidiano, propicia un puerto para ser... Todo eso, querida María, en tu poema, con la transparente emoción de la buena poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, aunque yo no soy muy marinera, en mi poesía da mucho juego este ámbito. Y este verano me tocará disfrutarlo en Cádiz.
ResponderEliminarOtro abrazo.