martes, 3 de enero de 2012

                       



            Aquel día feliz que fue mi infancia,
            de alhucema y cristales empañados
            con el vaho invernal, sigue existiendo
            por mi sola ilusión al rescatarlo
            de entre tantos momentos en que siempre
            sucedía la luz como un milagro.
            Mi infancia, reducida a aquel pasaje
            de alhucema e invierno, va buscando
            la exacta nitidez de una memoria
            cuya verdad aún le da la mano.


(del PREGÓN DE LA CABALGATA DE REYES MAGOS DEL ATENEO DE SEVILLA, 2002)

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