POR QUÉ TANTA IMPACIENCIA
a lomos de la noche,
expoliando arenales,
batiéndose sin fin contra las
rocas.
Por qué, si en esta isla
hace tiempo que nada se
pronuncia
salvo tu propia calma,
temblor deshabitado
entre sílabas huecas. Mucho
tiempo
remansando el silencio de tu
vida.
Voraz incertidumbre,
como el viento que lima los
espinos,
por qué tanta premura
en serenar distancias,
si esta isla es el eco de otras
islas
que aún buscan un mar donde
agitarse.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
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