LAS TARDES
Rosadas nubes, viento de poniente
rizando el agua de la acequia, tibios
aromas del dondiego en los arriates.
Parecía que todo terminaba
tras los últimos juegos de escondite
o de las cartas entre los mayores.
Pero solo era un trozo de verano
a cuya lentitud te sometías
mientras aceleraba los sentidos.
Cuántas veces dejaste aquellas tardes
reposar en ti misma, convirtiendo
tu soledad en mágica acuarela.
Tuvieron que pasar muchos aromas,
muchos vientos y aguas onduladas,
hasta reconocer que ya no existen.
Porque todo fue tuyo a cambio de marcharte.
(de EL PRIMER REINO, 2015)Lienzo de Joaquim Mir
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