ARIADNA EN NAXOS
Vives de aquella última
noche de amor extremo, solitaria,
en un lugar apenas deformado
por la erosión continua del deseo.
Sabes que son tan ciertas estas ruinas
como tu sueño, mientras
él vuelve, igual que entonces,
a dar fe de vosotros.
Pero ahora también aparentaba,
rompiendo contra ti su mar de leva.
Mentía impecable,
desnudamente tuyo, con la fuerza
volcada de su cuerpo. Sí, mentía
en oleajes rotundos, abarcándote
sin tregua, hasta que el viento le llevaba.
Ya tu muerte ha pasado
por él como una sombra, como aquella
noche extrema de amor, más solitaria
que nunca, diferente
verdad sobre unos restos
de isla calcinada.
(de TU LUMBRE AJENA, 2001)
Lienzo de Angélica Kauffmann
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