jueves, 25 de abril de 2019




   POR RINCONES AZULES


Mis ojos van perdiéndose, lejanos,
por rincones azules, mientras sigue
quedando atrás la antigua carretera.
Mis manos casi tocan los umbrales
de marítimas villas, que rezuman
aromas de rosal transverberando
sus míticas estatuas. Tengo ahora
que acercarme al paisaje como a un verso,
que entrar en su infinito hasta sentirlo.
Mi corazón es otro allegro andante.


                                    (de CENÁCULO VINCIANO Y OTROS ESCORZOS, 1985)

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