CUÁNTAS
SOMBRAS PASARON
desde
que tu figura
se
apareció de nuevo en mis umbrales,
sin
salvar la distancia.
Oh
caballero antiguo,
cuántas
voces me siguen
adoptando
los ecos de tu nombre,
como
pasos que a solas van y vienen.
Cuánta
luz ha dorado las cúpulas del cielo,
cuántas
estrellas mueren brillando desde entonces,
oh
caballero altivo,
sin
que pueda decirte, con el fuego de ahora,
la
causa de prenderme en pos de tus cenizas.
Mas
cómo descubrirnos, si el viento ya ha borrado
las
huellas que dejara
tu
corcel a las puertas de mi vida;
cómo
llamar historia,
oh
caballero mío,
al
hecho de creernos inmortales,
al
lugar donde ahora
hay
sólo un par de huecos habitados
por
el denso perfume de la noche,
por
el cálido eco
que
gotea la voz de lo perdido.
(de DOMUS AUREA, 1999)
Lienzo de Domenico Capriolo
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