-Capilla de la Antigua-
Lámparas eran, todas plateadas,
admiración constante de la Antigua ,
sereno tabernáculo
donde los racioneros
asentaban sus dotes en un libro.
Había que velar cada existencia
a este lado del mundo,
y conceder el paso
por puertas de labrada cantería
a quien solemnizaba
lo más premonitorio del oficio.
Un jaspe oliva,
su mainel izado,
también podía darse a la cautela
mientras el fuego hurgaba
en otra ceremonia desvaída.
Antigua era, súbita y pujante,
emoción tan remota
que agigantaba su descubrimiento.
(de LA LUZ NO USADA, 2010)
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