PASCUA
FLORIDA
El
que resucitó tiene sus pies
posados
sobre el brote más tierno de una rama,
e
ignora otro milagro que no sea
el
vuelo de sí mismo hacia la vida.
Descendiendo
en la lluvia
quiso
manar de todo antiguamente,
pero
no convertía su presencia
en
agua sostenida
por
el viento que apenas le alejaba.
Y
comprendió de pronto la lenta primavera
donde
había de alzarse. Fue desnudo
a
recibir un sol inmaculado,
y
recordó su nombre
tal
como lo entonaban los jilgueros
con
las últimas luces de la tarde.
El
que resucitó tiene motivos
para
creer a tiempo, desplegando sus ansias
desde
una libertad recién nacida,
elevada
hasta el grito de una estrella.
(de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)
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