jueves, 11 de diciembre de 2014





                   XX


La noche estaba azul, inabarcable
como el primer océano creado.
Quise ponerle nombre
a la revelación que me anegaba,
al mundo luminoso
donde fluía lo desconocido.
Pero no fue posible.
Aquella noche inmensa del desierto
comenzaba a llamarme
con la mirada más abrasadora,
a coronar mi oculto sacrificio
haciéndome creer que no existía.
Quise coger estrellas
del pozo de su cuerpo,
pero no me fue dado
caer en él, abismo de la noche
donde la tentación se desangraba.


                                                       (de HYPNOS EN LA VENTANA, 2009)

Imagen de Brent Pearson

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