-Reflejo (I)-
Vigila el corazón,
no vaya a ser que intente
amar estos lugares
más allá del invierno.
Vigila, porque nunca
vas a saber si el alba
prende tu soledad
igual que el primer día,
aquél del escondido
gorjeo en las acacias.
Continúa latiendo
como cuando las tardes
pasaban al compás
de una dócil neblina
colgada entre farolas,
aunque ya no frecuentes
otras apariciones
que las de tus instintos.
Vigila hasta el extremo,
sin descorazonarte.
(de LA LUZ NO USADA, 2010)
Bello poema María y my natural tu particular consejo,
ResponderEliminargracias, me gusta tu blog.
Con afecto...
Muchas gracias, Ángel, por tus amables palabras y por visitar mi blog.
EliminarSaludos cordiales.
Un corazón bonito
ResponderEliminarmedijeron que tenía,
y que aun siendo chiquitito
una pena le cabia.