TENÍAS VEINTE AÑOS Y UNA RIMA
sin declamar aún, entre papeles.
Intacto aquel rubor, el tiempo solo
se entregó a tus abrazos,
enajenando noches imposibles
y fingiéndote el sol de cada día.
Pudiste haber huido
con otra libertad que te llegaba
de las manos del hombre prisionero,
reo de pura sangre, sin nobleza,
apenas apto para el sacrificio.
Tenías la palabra y unos años
por cumplir, como ahora
si el miedo no lo impide,
como posees tantas despedidas.
Pero siempre regresas
al lugar de los hechos,
a la página en blanco
donde el tiempo escribió sin repetirse,
a unas manos de piedra erosionadas.
(de MÍNIMO SOL DE INVIERNO, 2006)
Lienzo de A. Modigliani
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