martes, 24 de septiembre de 2013


          


              V
 

Aún no he conseguido
ser la sal de la tierra,
lamento mi desmayo
al hacer un propósito
que apenas me distingue
de los irreparables.
Difícil es hallar
abierto el paraíso
a quien jamás estuvo
mendigando en sus puertas,
opción condenatoria
que ahora me hace libre.
En esta vida oscura
todavía no llego
a ser la luz del mundo,
lamento mi pecado
al ignorar un cielo
donde transfigurarme.
Qué absurdo, qué difícil
el día sin mañana,
la claridad inerte
sobre la noche viva.


                                                    (de LOS PULSOS CARDINALES, 2010)

Lienzo de Ha Nachash

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