AFUERAS
DE LA NOCHE
Si
no le conociera,
si
esta prisión de luces
me
dejara volver
en
sombras al recuerdo,
diría
que ha nacido con la aurora,
que
traspasa mi estancia a mediodía
y
que se aleja solo
por
las grietas azules de la tarde.
Si
no le conociera…
Abrid,
estrellas, mi prisión, mi cielo
sin
salida, estos ojos
que
dan a lo profundo
cuando
no los deslumbra su mañana.
Liberad
mi dolor, dejad que corra
a
espacio abierto por su propio llanto,
como
si nunca hubiera sido mío.
Yo
vivo confinada,
y
él pasa ante mi anhelo
rondando
las afueras de la noche,
sin
abrir mi ansiedad, sin rescatarme
de
esta cárcel de llamas donde vivo
cegada
por su cuerpo,
palpando
sólo brisas,
intentando
llegar a amanecerme
y
a oscurecer de nuevo, sin más horas
que
las que van marcando, como agujas,
sus
brazos infinitos.
Si
no le conociera,
si
esta aurora con ráfagas de ocaso
me
cegara en los límites
de
sus pasos nocturnos,
si
tuviese que amar sin él, la nada
vendría
a redimirme para siempre.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
Lienzo de Verónica L. Arroyo
No hay comentarios:
Publicar un comentario