viernes, 28 de junio de 2013


                    


                       VI

 
Todo se ha ido. Un ángel transverbera
el corazón con dardos de nostalgia.
Antaño parecía que los libros
esperaban la mano emocionada
que, al presentir un llanto
truncado por ternuras,
descubriera algún verso
donde enclavar sus ansias. 

También antes el día
era un recuerdo soleado, tibio,
un río temeroso
de llegar hasta el mar, tal vez el hombre
desconocido aún, pero latente
sobre el trágico invierno. 

Todo se ha ido. El ángel
que hace sangrar el corazón, devuelve
los versos a los libros,
el sol al firmamento,
las aguas a su cauce,
el hombre a su mujer. 

Tal vez las nubes pasan porque saben
que la lluvia no vuelve
cuando cae, y acaso
la luz de las estrellas reconoce
que su viaje será siempre de ida.
Sólo queda partir a lo más hondo.


                                                         (de TRASLUZ, 1989)

Lienzo de Michael Parkes

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