PRELUDIO
El
corazón despierta en altas horas,
tras
oír las pisadas
de
la lenta hermosura de la noche.
No
hace caso a los ecos
lejanos,
procedentes
del
desamparo aquél donde creía
latir,
y sale libre
a
la intemperie fría, pero amada,
dejando
atrás el miedo.
Ahora
ya puede conquistar su vida,
abordarla
de todas las maneras.
No
le vence el susurro
de
la tristeza lógica del tiempo,
pues
sabe que han pasado
solamente
los días
que
él quiso que pasaran, y no otros.
Por
eso, en la lentísima belleza
de
la noche, a altas horas,
el
corazón decide
cambiar
de soledad y de sendero.
(de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)
Lienzo de Frank Wilson
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