domingo, 22 de julio de 2012


                




JUNTO A LOS CIDROS Y SU CALMA OCULTA
me acecha la inquietud sobre el destierro
con el que alguna vez tendrá mi vida
que verse lacerada. Los ramajes
predicen un dulzor, su investidura
de verano en vigilia; me diluyen
a cada tenuidad, guardan mi sombra
bajo las suyas, para que no sepa
llegar hasta esta ausencia prometida
fuera de aquí, de donde no he nacido.


                                              (de DOMUS AUREA, 1999)

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