UN CREPÚSCULO ASÍ, SOBRE UNA PLAZA
con campanas brotando en el silencio
de la antigua mezquita, no debiera
diluirse jamás tras los tejados
verdinosos, a plena luz menguante.
Unos malvas, continua transparencia
de mi dolor, no habrían permitido
sentir su mortandad bajo otros cielos
que no fuesen los íntimos, más altos
todavía, a plena luz sangrante.
(de DOMUS AUREA, 1999)
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