miércoles, 8 de febrero de 2012

         
           La alegría del regreso (Giorgio de Chirico, 1915)


             XLIII

Nadie vuelve a su casa
si no es para orientarse,
aunque señale el norte
un cielo cotidiano.
Y cuando cada arista
de luz está en el sitio
que se esperaba, brillan
las sombras del regreso,
en vez de una silueta
con los ojos cegados.

               
                                           (de REGAZO E INTEMPERIE, 2007)

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