APENAS FUI TOCADO POR LA AUSENCIA,
me refugié en Al-Zahi, donde no había
más que aromas. Tal suerte de misterio,
compartido con alguien que predijo
mi trágico final, sigue su curso,
sobrevive al amor, busca la aurora
y envuelve a quien se supo abandonado
hasta por su tristeza. Oh, Al-Zahi,
cómo serán ahora tus fragancias,
el último refugio de mis versos…
(de DOMUS AUREA, 1999)
No hay comentarios:
Publicar un comentario